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Fallece en Pehuajó Pepita Arana Etxeberria, vasca nativa de Gipuzkoa y activa miembro del Centro Etxe Alai

08/08/2011

Pepita Arana, en el centro, rodeada de su hija, abogada, y su nieta, universitaria, el stand vasco de la Feria del Libro. Goian Bego.
Pepita Arana, en el centro, rodeada de su hija, abogada, y su nieta, universitaria, el stand vasco de la Feria del Libro. Goian Bego.

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"Una nube ha empañado el Centro Basko de Pehuajó", así describían desde la colectividad vasca de esta localidad bonaerense el golpe y la tristeza que ha supuesto el fallecimiento el martes 19 de julio de Pepita Arana Uribe-Etxeberria de Potenza, vasca de pro que llegó en 1950 a la Argentina y que desde entonces mantenía en alto el pabellón vasco en Pehuajó, donde era orgullosa matriarca y donde deja familia y muchas amistades, además de honda raíces vascas y argentinas, alimentadas al arrullo del Gernikako Arbola y del tango Caminito, que tanto gustaba Pepita de cantar. Goian Bego.

Pehuajó, Argentina. Sus muchas amigas y amigos de la colectividad vasca lamentan largamente su muerte y se unen a la familia en el pesar. Kela Gorri, cronista vasca de Pehuajó, resumía la noticia del fallecimiento de su amiga expresando amarga tristeza: "Era la niña mimada de nuestros encuentros; vasca de ley, argentina por adopción, su paso por el Etxe Alai deja una herencia de raíces muy profundas", decía a EuskalKultura.com.

Pepita Arana Etxeberria de Potenza había nacido en la localidad de Ezkio-Itsaso, en el corazón de Gipuzkoa, el 11 de abril de 1922, en un lugar que ella misma describía como de "paraje maravilloso rodeado de montañas, con un río correteando en su parte baja".

Fueron siete hermanos, de los que tras el fallecimiento de Pepita, solo resta Vicenta, en Zumaia. Como en otros muchos casos, la guerra de 1936 golpeó duramente a su familia, que se desmembró.  Le tocó ser una de los 'niños de la guerra'. Más tarde tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar.

En la postguerra Pepita trabajó en una fábrica textil y posteriormente se empleó en la casa Orbea y fábrica de armas de Eibar, hasta que en 1950 deja el País Vasco para radicarse en Argentina con la hija del dueño de la fábrica. El viaje en barco dejó atrás familia, país, añoranzas... e ingresó con ilusión en un nuevo país que la acogió generosamente y que ella hizo también suyo.

Pepita era miembro activa y respetada del Centro Basko Etxe Alai de Pehuajó, fundado en 1956, y motivo de inspiración para mucha gente. De fuertes convicciones religiosas y solidarias, gustaba de cantar a su Patria Vasca entonando el Gernikako Arbola, además de a su nueva Patria Argentina, en la que arraigaron en profundidad sus hondas raíces vascas.

El Centro Vasco Etxe Alai de Pehuajó le había rendido homenaje apenas un mes antes, el 12 de junio, en el primer Día del Socio organizado por la institución "con el objetivo de reconocer ese trabajo generalmente silencioso que le da vida y sentido a la entidad", según recogía entonces EuskalKultura.com.



Comentarios

  • Centro Vasco de Arrecifes

    Goian bego Pepita! Besarkada handi bat a todos los amigos del CV Etxe Alai.

    Laura Nobile , 09/08/2011 05:30

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