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EEUU: La próspera comunidad euskaldún de California ve en el alto el fuego de ETA el fin de un estigma social

03/04/2006

Aspecto de la barra del bar vasco Woolgrowers de Bakersfield (foto basqueheritage.com)
Aspecto de la barra del bar vasco Woolgrowers de Bakersfield (foto basqueheritage.com)

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Las noticias más comentadas el sábado por la noche en el restaurante Woolgrowers de la ciudad californiana de Bakersfield son la muerte del veterano cantante de country Buck Owens, rey del Sonido Bakersfield, y el alto el fuego de ETA. 'Buck igual tomó un viagra de más', afirma Dominique Minaberri en inglés. Todos reímos. Añade algo en vasco, y todos se ríen, menos el periodista. [El siguiente reportaje, firmado por el periodista norteamericano Andy Robinson en La Vanguardia, comenta el eco que ha suscitado en comunidades de la Diáspora vasca como la de Bakersfield el alto el fuego de ETA]
Sebastien Minaberri, padre de Dominique, que llegó a Bakersfield desde el País Vasco francés en 1952, a los 19 años, asegura que están todos encantados con las noticias que llegan desde España. 'Esperemos que vaya en serio esta vez', añade su mujer, que apareció en Bakersfield en 1961, con un papel donde se leía 'Woolgrowers Restaurant', porque no hablaba entonces más que vasco y francés. 'Somos muy respetados aquí, y todo aquello nos daba una mala imagen', explica Frankie, hijo de otra familia, los Iturriria, procedentes de Elizondo (Navarra), ahora importantes ganaderos en Bakersfield. En una ciudad conservadora de la California rural como ésta, las actividades de ETA resultaban incómodas para los 3.000 residentes vascos. 'Cuando decíamos que el Gobierno vasco nos iba a ayudar a ampliar las actividades del club, los vecinos americanos nos miraban como si pensaran: eso son los terroristas', interviene Dominique.

El valle central de California alberga unas identidades cruzadas muy sui generis. Hay indígenas oaxaqueños que hablan ingles y mixteco y comunidades de Hmong, otro pueblo sin estado repartido entre Tailandia, Laos y China. Pero ninguno resulta más curioso que los vascos de Bakersfield. Aquí, entre los almacenes de pesticida y el country turístico del Buck Owens Crystal Palace, uno puede ser vasco sin necesidad de ser español o francés. 'Estuve en España y vi que le tomaban el pelo a un amigo mío de Bakersfield porque hablaba vasco y me mosqueé. Esto no pasa aquí', explica otra comensal, una joven de familia proveniente de Vizcaya.

Media docena de restaurantes vascos en Bakersfield

Aquí, uno puede jugar a pelota vasca todos los domingos en el club vasco, situado en las afueras de la ciudad, sin la competencia del Athletic, el Osasuna o la Real Sociedad. Hay seis restaurantes vascos, desde el histórico Hotel Noriega, fundado en el siglo XIX, hasta el Benji´s junto a la autopista. Aunque, paradójicamente, la cocina que mantiene viva la identidad vasca en un mundo de Wendy´s y McDonalds no se parece en nada a la comida vasca europea. Hay platos universales, como el chuletón, el pollo asado o la ensalada César. Luego están las llamadas especialidades vascas, que, según reconoce Dominique con un guiño, no lo son. 'La lengua de vaca embutida, en realidad, es italiana', dice, y el licor que se toma con granadina es francés. Muchos no conocen el pacharán. Hasta el estereotipo del vasco en Estados Unidos --el solitario pastor del Viejo Mundo-- parece un invento del Nuevo. Todo se transforma en Bakersfield, pero aglutina a los vascos como si fuera de lo más autentico.

Como suele ocurrir en las comunidades de inmigrantes de este país, la identidad vasca parece ser más compatible con Estados Unidos que con sus dos estados de origen, quizás porque estas familias vascas han alcanzado la prosperidad aquí en Bakersfield y están perfectamente asimilados. 'Ante todo, somos americanos', dice tajante Anne Marie Minaberri. Huyeron de la pobreza de las posguerras francesas y española, aprovechando la demanda de pastores para la trashumancia de ovejas por las sierras y el semidesierto del oeste norteamericano, desde Nevada hasta Idaho.

Nuevas generaciones vascoamericanas

Los primeros miembros de familias como los Minaberri o los Iturriria trabajaron en condiciones casi feudales, en las que los ganaderos (muchos de ellos vascos también) les pagaban la comida y el alojamiento. El resto lo ahorraban hasta que dejaran la empresa. Pero este ahorro forzado, quizás ayudara a los vascos a comprar sus propios rebaños. 'No era caro comprar ovejas, porque el pasto era gratis', explica Gloria Totoricagüena del Centro de Estudios Vascos en Nevada. Ahora, los vascos de Bakersfield tienen importantes negocios de ganadería y contratan mano de obra inmigrante, principalmente peruana. Hay unos 70.000 vascos en Estados Unidos y la comunidad en Bakersfield crece conforme la expansión suburbana en Los Ángeles expulsa a los ganaderos vascos de Chino, un pueblo al este de la gran metrópolis. Para reubicarse eligen el valle central.

El sueño americano vasco --como otros sueños de inmigrantes europeos-- identifica la prosperidad económica y la libertad cultural que han ido ganando con Estados Unidos, aunque seguramente también habrían prosperado de haberse quedado en Europa. Aunque el resentimiento persiste. Para Anne Marie Minaberri, Francia es 'donde los maestros nos forzaban a arrodillarnos sobre guisantes secos si hablábamos vasco'. En la pared de la cancha de pelota vasca del club, junto a un emblema vasco, se ha pintado el lema Gure Amentsa (sic, nuestro sueño), un sentimiento que suena más americano que vasco.

Culturalmente vascos, políticamente americanos

Incluso los vascos más rebeldes en Bakersfield se conforman con los sueños. John Ochandorena es un buen ejemplo. Hijo de emigrantes vascos, él es un motero más, de los de Harley Davidson, y lleva todo el cuerpo tatuado, aunque con motivos peculiares. 'Esto es el Gernika',dice enseñando un musculosos brazo izquierdo. 'Y esto es un baile vasco', añade levantándose el pantalón. Los tatuajes son homenajes a sus padres, muertos. 'Mi padre vino en 1955 y trabajó de pastor en Wyoming, pero siempre tenía el sueño de montar su propio negocio, y lo hizo realidad aquí, en Chino'. Cuando sale el tema del alto el fuego de ETA, responde con convicción: 'ETA dice que queremos nuestro propio país, pero ya lo tenemos, es éste'. Sólo un vasco de Bakersfield lo tendría tan claro.

(publicado el 02-04-2006 en La Vanguardia de Barcelona)


Enlaces relacionados

Página web del Kern County Basque Club, de Bakersfield
www.kcbasqueclub.com

Programa de Aprensizaje de Euskera en Bakersfield (agenda)
Publicado en euskalkultura.com el 1 de febrero de 2006

Baionako Herria astekariak Bakersfield-eko Udalekua aipatu
Publicado en euskalkultura.com el 9 de agosto de 2005

Satisfactorio balance del Udaleku de Bakersfield
Publicado en euskalkultura.com el 18 de julio de 2005



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