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Balance altamente positivo del programa a través del cual 16 jóvenes del País Vasco han impartido clases de cultura vasca en Necochea durante julio y agosto

04/09/2004

Aspecto exterior del 'Centro Basko Argentino Euzko Etxea' de Necochea, ciudad costera a 500 kilómetros de Buenos Aires
Aspecto exterior del 'Centro Basko Argentino Euzko Etxea' de Necochea, ciudad costera a 500 kilómetros de Buenos Aires

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Durante los pasados meses de julio y agosto 16 jóvenes del País Vasco participaron en la ciudad argentina de Necochea en una iniciativa pionera a través de la cual han impartido clases de euskera, música, danza, gastronomía y deportes vascos a jóvenes vascoargentinos. Iñaki Bilbao, de la euskal etxea necochense, y Ainhoa Abendaño, del Consejo de la Juventud de Euskadi, entidades copartícipes del proyecto, valoran positivamente el emprendimiento, "por encima incluso de las expectativas iniciales", y piensan ya en repetirlo el próximo año. Quién sabe si quizás otras euskal etxeas sigan la senda iniciada por Necochea.
[este artículo ha sido publicado en el semanario en euskera Argia del País Vasco en su último número]

Las nuevas generaciones de la Diáspora vasca irrumpen con fuerza: Descendientes de padres o abuelos vascos nacidos en Euskal Herria desean conocer la cultura y el país de sus antepasados. Para ello, miembros del Cento Vasco de Necochea, en Argentina, iniciaron el pasado verano (europeo) un nuevo proyecto : 16 jóvenes de Euskal Herria han viajado en julio y agosto a Necochea para impartir clases de euskera y música vasca, danza, gastronomía y deporte. Argia se ha dirigido a las instructoras de euskera, para saber cómo se desenvuelves los argentinos en nuestra lengua.

En palabras de Iñaki Bilbao, organizador del emprendimiento Vení a la Argentina-hator hona, "con la crisis de los últimos años la situación económica de Argentina ha empeorado, por lo que las oportunidades de visitar Euskal Herria también han disminuido, ya que hoy día resulta mucho más caro viajar. Por eso, para que los más jóvenes de nuestra euskal etxea no perdieran la relación con el País Vasco ideamos este proyecto". El Consejo de la Juventud de Euskadi sirvió de intermediario y logramos un éxito asombroso: 131 jóvenes de Euskadi dieron su nombre, tras lo cual realizamos desde Necochea la selección de los instructores.

Distribuimos los 16 jóvenes de Euskal Herria en dos turnos: ocho en julio y otros tantos en agosto. Entre los que llegaron en julio, dos hernaniarras lo hicieron para enseñar euskera: Joana Ortega e Iratxe Perez. Joana escuchó por la radio la invitación a participar en el programa e Iratxe se apuntó a través de ella. Para ambas ha constituido una experiencia inolvidable.

Joana e Iratxe impartieron clases de euskera de lunes a jueves y tuvieron un grupo formado por alumnos de todas la edades, todos "con unas ganas terribles de aprender", señala Iratxe. "Existe de hecho una pasión tremenda hacia el euskera y Euskal Herria", apostilla Joana, "y muestran un interés bárbaro por nuestra cultura. La mayoría de los más jóvenes nunca ha viajado aún a Euskal Herria, pero todos guardan en sus planes de futuro la posibilidad de hacerlo; tienen gran ilusión en que visitarán el país y disfrutarán de unas largas vacaciones entre nosotros".

Muchos no conocían más que algunas palabras sueltas, aunque había unos pocos de nivel más alto; organizaron clases separadas para estos últimos, adecuadas a su grado de conocimiento. Según comenta Joana, algunas palabras les resultaban graciosas, "por ejemplo, al trabajar con los nombres de la familia, la palabra 'semea' suscitó una sonora carcajada". Les enseñaron sobre todo vocabulario básico, partiendo de la presentación y descripción de cada uno y empleando el castellano en las clases lo menos posible, prefiriendo el uso de la mímica para entenderse. Siguieron los pasos habituales de AEK (organismo que imparte clases de euskera a adultos), cuyo material les resultó de gran utilidad. Procuraron en todo momento, eso sí, organizar clases dinámicas, por medio de juegos y teatro. "No hay que olvidar que ellos llegaban a la clase cansados de sus quehaceres diarios y que asistían a nuestras clases a modo de hobby", apunta Iratxe, "escuchaban con sumo interés todo lo que les contábamos sobre Euskal Herria: la historia, la situación actual, datos relativos a la vida cotidiana, etcétera":

Aunque el plazo de un mes les resultó corto para dar cuenta del progreso en los alumnos, las hernaniarras sí pueden afirmar que se produjo. Apreciaron que gracias al patente interés que mostraban el oido se les iba familiarizándo poco a poco con el euskera y que, si bien no entendían todo lo que se les decía, sí eran capaces de captar el sentido y la idea principal. Joana lo tiene claro: "El objetivo no era que aprendieran a hablar en euskera, sino que escucharan hablar euskera y fueran capaces de relacionar las palabras. Queríamos que superaran la vergüenza y se atrevieran a anudar sus primeras palabras, y creo que lo logramos, ya que solíamos comentar fuera de la clase lo ocurrido dentro".

Iratxe resalta como importante para el aprendizaje la excelente relación que mantenían con ellos y las propias ganas con que acudieron ambas hernaniarras a Necochea, "todo lo demás fue directamente obra de los alumnos. El buen ambiente durante nuestras horas libres facilitó el de las clases y el grado de participación fue alto ya que más que además de como profesoras nos veían también como amigas".

En lo que se refiere a las otras clases, el emprendimiento de Necochea constituyó toda una oportunidad para aprender. Esta euskal etxea que cuenta con 60 años de historia realizaba ya una fuerte actividad respecto a la danza y la música con anterioridad a esta iniciativa. Su cuerpo de baile se denomina Gazte Alai y la mayoría de los jóvenes del centro participan de él. Los lazos de Necochea con Euskal Herria son fuertes. Las calles, por ejemplo, están organizadas por números, con una salvedad: el Paseo Euskadi.

La experiencia del pasado julio y agosto ha resultado útil para los necochenses, que han logrado adentrarse un poco más en la cultura vasca. Aún no dominan el euskera y no les resulta fácil aprender una lengua tan diferente al castellano, aunque acuden con interés a las clases.

Esa misma opinión comparte el miembro del Centro Vasco de Necochea Iñaki Bilbao, quien confiesa que el balance del emprendimiento ha resultado mucho mejor que el inicialmente previsto. Además de euskera, los necochenses han tenido la oportunidad de participar en un gran número de actividades culturales vascas y, "dado que la experiencia ha resultado altamente positiva", la euskal etxea apuesta ya por repetirla el próximo año. Aunque, claro está, lo que en verdad le gustaría al Centro Vasco sería que la experiencia pudiera extenderse al resto del año, reconoce Bilbao.

También en el Consejo de la Juventud de Euskadi se muestran satisfechos. Ainhoa Abendaño, quien asumió en su seno la labor de coordinar el llamado, remarca que ha constituido una nueva experiencia para el Consejo y que están sorprendidos de su amplio éxito, "sobre todo teniendo en cuenta que cada uno de los jóvenes de acá tenía que pagarse el viaje hasta Argentina de su propio bolsillo". En Necochea se ocupaban del alojamiento, en casas de familias vascas. Para Abendaño es importante que los jóvenes viajen a Argentina para conocer in situ su cultura, los modos de vida, la labor de los centros vascos, etc. y que se relacionen con jóvenes vascoargentinos; de hecho, desea mantener la relación iniciada con la euskal etxea de Necochea. Por su parte, Joana e Iratxe se muestran dispuestas a repetir la experiencia y tienen claro que volverán a esta ciudad costera situada a 500 kilómetros de Buenos Aires. Esta ciudad argentina de alrededor de cien mil habitantes seguirá sin duda unida a sus hondas raíces que llegan hasta Euskal Herria.

(jatorrizko artikulua, Argia astekarian, hemen)


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