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Pedro Javier Arriaga Aguirre/Caracas. Zarrasqueta poseía enormes bienes de fortuna adquiridos a través del honrado trabajo en el comercio, el cultivo del añil y la cría de ganado bovino, ubicándolo entre los más pudientes del pueblo. Fue miembro de la Cofradía de Nuestra Señora de La Caridad, patrona de la ciudad, siendo nombrado Mayordomo en el año 1.799.

A partir de 1.810, Don Guillermo cambió radicalmente su vida al ser nombrado elector en representación de la parroquia, presidiendo la congregación electoral para el Congreso Nacional que fue creado posterior a la declaración de Independencia del 19 de Abril de 1.810. Zarrasqueta a partir de este momento luchó por mantener la Independencia de Venezuela de la Corona Española.

Se afilió al bando republicano y pasó a ser militar bajo las órdenes del Generalísimo Francisco de Miranda. Posteriormente cuando El Libertador Simón Bolívar recupera la perdida República, volvió a las armas siendo Ayudante Mayor de Campo del Gran Vicente Campo Elías. Luego quedó como Primer Comandante al mando de la guarnición de Villa de Cura. Como la situación era muy crítica, Zarrasqueta dispuso desinteresadamente de su fortuna personal para alimentar, vestir y apertrechar a los hombres bajo su mando, más de trescientos.

Seguidamente de la desastrosa batalla de La Puerta del 15 de Junio de 1814, le es encomendada la protección de la entrada de Caracas por Antimano, para impedir que el sanguinario Asturiano José Tomás Boves, arrasara con la capital, labor que realizo con sumo heroísmo, pero siendo derrotado y obligado a retirarse, siendo posteriormente apresado por orden expresa de Boves y enviado preso a San Sebastián de los Reyes, donde el 25 de Agosto de 1.814 en la Plaza Mayor (actual Plaza Bolívar) fue fusilado en presencia de su familia, su cabeza fue cortada y colocada en picota en la misma plaza para amedrentar a los independentistas, sus bienes fueron confiscados dejando a su viuda e hijas en la más completa miseria.

Pero a pesar de esto, Guillermo Zarrasqueta, quien pese no haber nacido en esta tierra venezolana la amó y dio tanto por ella, aún no ha sido reconocido en su pueblo adoptivo venezolano, San Sebastián de los Reyes, homenajeándolo adecuadamente para manifestar la gratitud e impedir el olvido de este ilustre prócer.