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'Abierta en obras': En el corazón del casco medieval, resurge la catedral de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco; más de 600.000 personas visitaron sus obras (en El Nuevo Herald)

29/01/2008

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Helena Poleo. En el corazón del casco medieval de Vitoria, la capital del País Vasco en el norte de España, la imponente torre de la Catedral de Santa María sobresale por encima de los antiquísimos techos de esta urbe, tal y como lo ha hecho durante siglos.

La torre está cubierta por una lona verde, y andamios, herramientas y pasarelas de metal llenan la nave interior del espectacular templo, también llamado la Catedral Vieja de Vitoria, sobre un suelo excavado que revela los esqueletos de tumbas centenarias.

Es que la catedral gótica ha estado sumida en un extenso proceso de restauración desde el 2000 que busca devolverla a su máximo esplendor, y en el 2008 espera entrar en la recta final de esta recuperación.

La rica historia que rodea al templo y a la ciudad ha seducido a más de un escritor. El pasado 10 de enero, la catedral fue el centro de la atención cuando Ken Follett hizo ahí la presentación en España de su esperada segunda obra, Un mundo sin fin, que concluye la historia medieval que comenzó con Los pilares de la tierra, y que surgió de la visita del escritor británico a la iglesia. En su honor, los vitorianos instalaron una estatua de bronce con la efigie del escritor en tamaño natural.

Mario Vargas Llosa, tras visitar la Catedral de Santa María, afirmó que "es una obra monumental en lo técnico y en lo arquitectónico, pero también por abrir el templo a la sociedad civil, recuperar las funciones artísticas, culturales científicas y educativas de las catedrales. La restauración de la Catedral de Santa María es el nexo de unión de las ilusiones de muchos ciudadanos por un gran proyecto común''.

El brasileño Paulo Coelho le dedica un capítulo en su novela El Zahír, y la española Toti Martínez de Lezea destaca el deterioro de la catedral como tema central en la novela A la sombra del templo, ubicada a comienzos del año 1522, momento en que la ciudad acogía al cardenal Adriano de Utrech cuando fue nombrado Pontífice de la Iglesia Católica.

Las organizaciones culturales internacionales también han quedado seducidas por la catedral y por su innovadora restauración. La exhaustiva investigación previa a las obras, la aplicación de las más modernas tecnologías y la concepción integral del proyecto le han ganado a la catedral varios reconocimientos como el Premio Especial Europa Nostra, el máximo galardón de la Unión Europea al Patrimonio Cultural.

La catedral gótica data del siglo XIII, pero contiene estructuras que datan del siglo XI, como restos de la muralla que protegía la ciudad de Vitoria, llamada Gasteiz, en el idioma vasco. Tras la conquista de Vitoria por el rey de Castilla Alfonso VIII en el año 1200 y el incendio que asoló la ciudad dos años después, el monarca comenzó una serie de obras, incluyendo las de la catedral.

A lo largo de los años y de los distintos monarcas, la catedral pasó por varios cambios, que finalmente causaron fallas estructurales que llevaron a su cierre en 1994. El templo sufría de grietas y abombamiento en los pilares.

''La catedral se cerró por razones de seguridad'', señaló Carlos Rodríguez de Diego, Secretario del Patronato de la Fundación Catedral Santa María, la cual dirige las obras de restauración.

En el momento del cierre, la fundación reunió expertos y convocó un plan para diagnosticar los males de la estructura.

''Leímos el monumento como si fuera un documento, desde abajo, por medio de excavaciones arqueológicas que permiten conocer la estructura básica'', explicó en detalle Rodríguez.

De inmediato se rechazó un plan agresivo de inyectar los cimientos con concreto, y se estableció un plan de restauración que utilizaría las técnicas más avanzadas para preservar la estructura, incluyendo el inyectar cal a las bases de los pilares de la catedral.

El plan también incluye obras en los alrededores de la catedral y la creación de un centro de investigación del patrimonio de Vitoria. El templo también servirá como escenario para una variedad de eventos culturales.

Mientras que en otros sitios las iglesias se esconden mientras se restauran, en la capital alavesa no ha sido así. Durante estos siete años de restauración, la catedral ha estado abierta al público en un programa llamado ''Abierto por Obras'', en el que se realizan visitas guiadas del templo. Más de 600,000 personas han visitado la catedral, 100,000 de ellas en el 2007.

En el 2008 se finalizará la restauración artística de uno de los pórticos más espectaculares de la Europa del siglo XIV, la cual incluye el uso de proyecciones de luz sobre su cabecera. De esta forma, el visitante podrá apreciar el color que alguna vez decoró la piedra.

En el plazo de dos años, el andamiaje se despojará de la torre consolidándose el remate superior, se repararán los muros de piedra y se habilitará un ascensor durante la restauración para que el visitante pueda acceder hasta una altura que en un futuro permita admirar toda la ciudad.

Las extensas obras tienen un alto precio, y se espera que la cifra original de 24 millones de euros (unos $35.5 millones) ascienda hasta al menos 40 millones de euros ($59 millones) antes de la apertura de la catedral en el 2012. Los fondos provienen de la diputación foral de Alava, el ayuntamiento de Vitoria, el obispado local, el gobierno vasco, y patrocinios privados.

Una vez se finalicen las obras, la catedral podrá ser utilizada como templo a la vez que se realizan visitas y que opere el centro de interpretación de la historia de la ciudad, el cual ocupará 1,000 metros cuadrados en el subsuelo del templo, algo único en todo el mundo.

Las calles en el casco viejo de Vitoria en los alrededores de la catedral vibran de energía de día y de noche. Durante el día, los vitorianos acuden al casco viejo para ir de compras en tiendas de modas, comprar delicatesen culinarias y hacer diligencias en los muchos locales comerciales del lugar.

Por la noche, sobre todo los fines de semana, las calles cobran vida propia. El salir a tomar algo y a pasear por las antiguas calles de bar en bar es una tradición para los vitorianos de todas las edades. Los bares abren sus puertas en horas de la noche y, poco a poco, las calles se van llenando de ambiente. Una costumbre común en todo el País Vasco es practicar el 'txikiteo' o 'poteo', que consiste en beber pequeñas dosis de vino (txikitos) o cerveza (zuritos) de pie, con los amigos, y cambiando de local cada poco tiempo.

Después de la medianoche, los bares se convierten en discotecas, y la diversión continúa hasta las altas horas de la madrugada, siempre con la catedral iluminada como fondo.

(publicado el 29-01-2008 en El Nuevo Herald, de Miami)


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